martes, 21 de junio de 2011

La guerra contra la guerra


"Hay que matarlos a todos" es el grito de batalla de la impotencia generada por la bronca, y no puedo negar que resulta tentador subirse a ese tren, ver la luz a través de un final drástico y, por que no, maquiavélico, pero decididamente equivocado. Ante la injusticia se deben buscar respuestas coherentes con lo que estamos defendiendo, de lo contrario resultaría que nuestra solución no es más que otra injusticia. Y así entramos en un círculo vicioso, donde de a poco iremos cayendo como fichas de dominó, empujadas por la ira, la venganza o tal vez, el equívoco deseo de hacer el bien. Para nadie es fácil pensar con claridad si lo abruman las emociones, y no es ético exigirle a alguien que lo haga en tal situación. Pero la mayoría de los problemas se deberían arreglar con soluciones a largo plazo, y sin embargo se arruinan con "salidas del paso" a corto plazo. Y por sobre todas las cosas, es importante recordar que todos nos equivocamos, todos tenemos culpas, y muchas veces somos parte de la causa de lo que estamos enfrentando. No se puede hacer el bien haciéndole mal a otro: no por nada bien y mal son antónimos.

"Critón", un diálogo escrito por Platón, refleja más o menos lo que trato de decir, en palabras de Sócrates, de quien aún tantos años después parece que deberíamos seguir aprendiendo.

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