jueves, 8 de diciembre de 2011

Animales de la noche


EL TIBURÓN: Peligroso y temido por las masas, aprovecha para comer a las presas desprevenidas. Su arma es la sorpresa, y su estrategia es no dar tiempo ni para pensar.

EL BUITRE: Va volando cerca de otros animales, esperando comerse las sobras que ellos dejan. Es un carroñero exitoso, pero su reputación no es buena.

EL CORDERITO LOBO: El viejo truco del lobo en la piel de corderito... Se mete disfrazado en el rebaño, y con el cuento de "best friend" o "amigo gay" se mete en un punto estratégico para atacar en el momento justo.

EL HOMBRE LOBO: Aparece una vez cada tanto y trata por todos los medios de comer lo que le gusta. No come seguido, pero si es efectivo come bien. Si no, para no morir de hambre se convierte en algún otro animal.

EL CHIMPANCÉ: Arranca con intenciones de gorila, pero se va por las ramas. Se termina haciendo amigo de sus presas y por eso nunca come.

LA TORTUGA: Su lentitud hace que cualquier otro animal le robe la comida.

EL HÁMSTER: Solo come lo que los demás le dan. No sabe salir a cazar.

LA HIENA: Se ríe de lo que comen los demás, pero después quiere comer lo mismo.

EL TIGRE: Sale a comer y lo hace siempre, si consigue lo que le gusta hace que todos noten su victoria, y si no consigue lo que le gusta se queda con las sobras. Prefiere la calidad, pero si no queda otra, la cantidad suma.

EL PUMA: Pariente del tigre, pero mucho más sigiloso. Prefiere la cantidad a la calidad, y no le importa exhibir sus trofeos. En pocas palabras, un buen catador de presas, aunque en ocasiones puede ser demasiado bichero.

EL BURRO: Ciertas cualidades anatómicas lo ayudan a atraer a sus presas.

EL MOSQUITO: Sus presas son muy variadas, y no le importa tanto comerlas: se conforma con picar un par de veces.

EL REY LEÓN: No necesita hacer nada, siempre le cae alguna presa. Generalmente ni siquiera necesita salir a cazar. Sin dudas el Rey de la Selva.

EL PAPAGAYO: Habla, habla y no para de hablar, pero todos saben que en realidad no come nada.

EL PERRO DOMÉSTICO: Se queda para siempre con su presa, dejando de lado su rol de cazador.

EL PERRO PIRATA: Finje quedarse para siempre con su presa, pero cuando esta se duerme sigue siendo un cazador.

EL CAMALEÓN: Cambia sus conceptos, sus ideas, sus gustos, sus costumbres, pero a la larga es siempre lo mismo: se la pasa comiendo bichos.

EL DRAGÓN DE LOS CUENTOS: Solo quiere comer princesas. Y como corresponde a un buen final feliz, jamás tiene éxito.

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